La voz callada de tu piel ausente ,viene a mi mente
con el recuerdo vivo del rayo de tu mirada,
no había yo, acabado de dar un paso,
cuando fui sometido y gobernado, ya no podía escapar.
Estaba cautivo como un naufrago en el mar.
Delante de ti me hallaba yo, como un ser que acaba de nacer.
Tú lo llenabas todo. Eras el horizonte, el norte y el sur.
Al punto que me di cuenta que mi corazón latía
al ritmo de tu cadencia. Yo no se ya, ni si se.
La conciencia se disolvía como la noche en el día.
Había sido tomado y devorado ,no había voluntad,
no había yo, acabado de dar un paso,
cuando fui sometido y gobernado, ya no podía escapar.
Estaba cautivo como un naufrago en el mar.
Delante de ti me hallaba yo, como un ser que acaba de nacer.
Tú lo llenabas todo. Eras el horizonte, el norte y el sur.
Al punto que me di cuenta que mi corazón latía
al ritmo de tu cadencia. Yo no se ya, ni si se.
La conciencia se disolvía como la noche en el día.
Había sido tomado y devorado ,no había voluntad,
ni siquiera razón , envuelto estaba sin ser tocado.
¡Que poder sensacional ¡ La presencia de una bella mujer.
¡Que poder sensacional ¡ La presencia de una bella mujer.
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Pintura y Poema:
Oscar Basurto Carbonell
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